domingo, 12 de junio de 2016

EL ASESINO DE RÍO VERDE. GARY RIDGWAY.






EL ASESINO DE RÍO VERDE.  GARY RIDGWAY.


Gary Ridgway – El Asesino de Río Verde


Gary Ridgway tenía como plan el asesinar a todas las mujeres posibles que él considerase prostitutas. Durante casi 20 años burló a la Policía y consiguió matar 49 mujeres,  hasta que finalmente fue incriminado gracias a una prueba de ADN…

Primeros años.

 

Gary tenía una madre dominante que lo maltrataba y humillaba en público, pero que a la vez se vestía de forma provocativa, por lo que despertaba en Gary una mezcla de ira y deseo sexual. Según Gary, su madre se vestía como una “prostituta”, por lo que después éstas se la recordaban…
Gary Ridgway nació un 18 de febrero de 1949 en la ciudad de Salt Lake, Utah. Sus padres fueron María Rita Steinman y Thomas Newton Ridgway, mientras que Gregory León y Edward Thomas fueron sus hermanos.

Como muchos asesinos seriales, Gary se orinaba de niño. Esta costumbre la tuvo hasta los trece años y su madre, que solía menospreciarlo y avergonzarlo en público, lo bañaba inmediatamente cada vez que Gary se orinaba. Otra característica típica de los asesinos seriales la vemos en la crueldad hacia los animales, tendencia ésta que de niño llevó a Gary a sofocar a un gato por el puro placer de verlo sufrir.

Sin embargo, en relación a sus tendencias asesinas, el punto que más relevancia tuvo dentro de sus primeros años fue el insano vínculo que Gary tenía con su madre, hacia la cual guardaba sentimientos de ira pero también de atracción sexual.

Fue su madre quien en parte lo acostumbró a la violencia, ya que era una mujer dominante y temperamental que le gritaba a su esposo y que hasta llegó a romperle un plato en la cabeza delante de Gary; y fue, igualmente ella, quien desató problemas sexuales en Gary al tener un comportamiento incoherente que por un lado la hacía ser una mujer religiosa mientras que, por otro, la impulsaba a vestirse de forma muy provocativa, semejante a la de las prostitutas por las que después Gary, al igual que con su madre, experimentaría atracción sexual y a la vez ira y desprecio.

Por otra parte la vida académica de Gary no fue muy buena, pues su rendimiento siempre fue pobre y tuvo que repetir un año dos veces. Fundamentalmente aquella situación se debía a su dislexia y a su coeficiente intelectual de 82 (lo normal es 100).

En cuanto a su forma de ser en aquel entonces, algunos de sus ex-compañeros de colegio lo describieron como alguien agradable pero fácil de olvidar. Sorprende así que, a sus 16 años, Gary haya cometido algo tan atroz como llevarse a un niño de seis años al bosque para apuñalarlo en las costillas y luego, según contó años más tarde la víctima, alejarse riendo tras decir: “Siempre me he preguntado cómo sería matar a alguien”
Las mujeres en la vida de Gary
Fue a su entrada en la Marina cuando Gary empezó a volverse adicto a las prostitutas y contrajo gonorrea, por la cual culpó a las prostitutas, incrementando así el odio previo que les tenía en tanto que le recordaban a su madre.
Después de graduarse de la escuela secundaria, Gary entró a la Marina y se casó con quien fue su novia de colegio: Claudia Barrows. Fue en ese entonces, durante su periodo de servicio en las Fuerzas Armadas, cuando Gary empezó a pasar mucho tiempo con prostitutas y adquirió gonorrea y verrugas genitales por no usar preservativo en las relaciones. Como suele darse en las mentes criminales, Gary no se vio a sí mismo como el responsable y creyó que las prostitutas tenían la culpa, incrementando así el desprecio que ya tenía por ellas debido al odio que su padre les tenía y al hecho de que su madre se vestía como una de ellas…También fue en ese mismo periodo cuando Gary fue enviado a Vietnam y, ante su ausencia, su joven esposa de 19 años no soportó la soledad y empezó a salir con otros hombres, causando con esto que el matrimonio terminara en menos de dos años.
Durante su segundo matrimonio Ridgway, pese a la gonorrea que había contraído antes, siguió frecuentando a las prostitutas. Es en este punto donde sale a relucir el papel clave de las conductas aprendidas pues, incoherentemente al igual que su madre, Ridgway acompañaba una conducta lasciva (frecuentación de prostitutas) con un gran fervor religioso, puesto que en ésta etapa de su vida él se volvió un fanático miembro de la Iglesia Pentecostal: lloraba después de los sermones en la iglesia, insistía constantemente a su esposa Marcía el seguimiento puntual de los preceptos que el pastor pregonaba, leía la Biblia en voz alta en casa y en el trabajo y hasta tocaba las puertas de extraños para convertirlos a la fe…


A la vez que seguía frecuentando prostitutas, durante su segundo matrimonio Gary se volvió un fanático religioso que leía la Biblia en voz alta en casa y en el trabajo, lloraba en los sermones, exigía a su esposa cumplir todo lo que el pastor decía e iba de puerta en puerta predicando su fe…
Cuenta Marcia que la madre de Ridgway era la típica suegra intervencionista, sobreprotectora e idealizadora de su hijo: intentaba controlar los gastos y tomar decisiones de qué comprar y qué no, elegía la ropa para Gary y la acusaba de no cuidar bien al pequeño Mathew, hijo de ella y Gary.


Gary tuvo tres matrimonios pero solo estuvo largo tiempo (hasta su arresto) con Judith (arriba), única esposa que aceptó a la entrometida madre de Gary. Ella, al igual que sus otras esposas, contó que Gary pedía sexo hasta 6 veces por día…
Sexualmente, según reveló Marcia (y las otras esposas que tuvo Gary), Ridgway se mostraba como un ser insaciable que le pedía sexo varias veces (hasta unas seis) al día y que en ciertas ocasiones deseaba tener sexo en lugares públicos (cine, parques, etc…).

Al igual que pasó con Claudia, los celos de Ridgway terminaron poniendo de su parte en el divorcio. Así, tras una cirugía que a fines de los años 70 Marta se hizo por problemas de sobrepeso, ella empezó a ponerse delgada y a transformarse en una mujer atractiva que captaba las miradas de los hombres y, con esto, hacía sentir celos a su inseguro marido, quien cada vez se mostraba más conflictivo hasta el punto de que casi la ahorca en una pelea…

Tras su divorcio, Ridgway comenzó a salir con varias mujeres que conoció gracias a Parents Without Partners. En medio de esas citas fue que encontró a Judith Mawson en 1985. Judith lo vio como un hombre con estabilidad laboral (Gary llevaba 15 años pintando camiones), como alguien amable, responsable y estructurado. Ella encontraría en él la pareja perfecta, él la amaría y ambos estarían juntos hasta que el lado oscuro de Ridgway se hiciese público y sus crímenes lo pusiesen en la prisión…

En efecto, antes de casarse Ridgway se tomó la molestia de remodelar la casa, incluyendo una nueva alfombra. Judith, más tradicionalista que Marcia, no se molestó sino que quedó encantada con la madre de Gary. No la veía como una suegra metiche o como un estorbo sino como una suegra preocupada que quería ayudar y, en algunos casos, aconsejar. Por todo esto las cosas marcharon bien por años, ya que Gary fue muy hábil a la hora de no levantar sospecha alguna en Judith sobre su sangriento hobby.

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El perfil del asesino


En líneas generales, el método de Gary consistía en contratar a una prostituta, subirla al carro, mostrarle la foto de su hijo para que la prostituta crea que estaba ante una persona buena e incapaz de matar, tener sexo con la prostituta y luego matarla con estrangulamiento. Generalmente mataba a las víctimas en su casa, pero a veces también en el carro o incluso en un lugar apartado como el bosque: si las mataba en casa, tenía sexo con ellas en casa; si las mataba en el carro, tenía sexo con ellas en el carro y, si las mataba en el bosque o en algún otro lugar, era que la chica había aceptado tener sexo en el bosque o el lugar elegido por Gary.

Matando en casa:

 

Gary mató a muchas de sus víctimas en su propia casa. Según dijo, una de sus estratagemas era llevar a la prostituta contratada al cuarto de su hijo Mathew, antes de lo cual ya le había mostrado la imagen de aquel para dar la impresión de ser un hombre tierno y nada peligroso. Entonces, en palabras del propio asesino, al ver el cuarto del hijo la prostituta se diría: “Hey, este chico tiene un hijo. Él no va a lastimar a nadie. Su nombre está escrito en la puerta, el cuarto está vacío y tiene su litera allí, con los juguetes en el suelo”.

Según se supo por informantes y por el propio Ridgway, él usualmente negociaba con la chica el llamado “mitad y mitad”, cosa que en realidad consistía en sexo oral seguido de penetración. Así mismo Ridgway deseaba que la chica estuviera con tan poca ropa como le fuera posible (que no se deje medias ni nada) y siempre le solicitaba usar el baño antes de iniciar el intercambio sexual pues, en su retorcida mente, sabía por experiencia que las víctimas por estrangulación tienden a manifestar episodios de incontinencia: “Yo no quería que se cagaran en la cama, esa era la principal razón”, dijo Gary a un policía.


A muchas de sus víctimas Gary las mató en su propia casa. Allí le mostraba a la prostituta (sus víctimas eran prostitutas) la foto de su hijo para que ésta se confiara, luego le pedía una postura en la que él pudiese penetrarla por detrás y, finalmente, cuando él acaba y la chica se volteaba, Gary la estrangulaba, usualmente después de forcejear. Según dijo, nunca disparó o usó otro método porque estrangular era más personal y satisfactorio y él era muy bueno en eso…
Previamente al acto sexual, Gary le decía a la chica que él solo podía llegar al orgasmo si la penetraba por detrás (no necesariamente de forma anal), si ella le daba la espalda. Entonces la chica se ponía en la postura del perrito y él se ponía atrás de ella y comenzaba hasta llegar al clímax, tras lo cual la chica levantaba la cabeza y entonces, generalmente en este momento, él procedía a estrangularla.

A veces, y esto no solo lo hizo cuando mató en su casa, Ridgway empleaba una salida ingeniosa ante las chicas que se ponían difíciles en la etapa del forcejeo, etapa que siempre venía cuando él iniciaba el intento por ahorcarlas pues, a diferencia del gigantesco Edmund Kemper, Ridgway no era ningún portento de fuerza física. A saber, lo que Ridgway hacía era decirle a la chica, en medio del forcejeo, que si ella dejaba de pelear él le perdonaría la vida y la dejaría ir. Muchas ingenuas aceptaron y murieron con más rapidez, pues Ridgway dijo que se volvían más fáciles de matar cuando dejaban de forcejear. Resulta penoso, en medio de este tipo de situaciones, el que algunas víctimas, según contó el asesino, intuían que él las iba a matar y, sintiéndose indefensas, le rogaban para que no las matase a través de frases como: “¡no me mates!”, “soy muy joven para morir”, “tengo una familia a la cual cuido”, “tengo una hija en casa” o “yo no quiero morir”, entre otras. Sin embargo Gary nunca tenía piedad y las estrangulaba, método que elegía siempre debido a que era más “personal” y “gratificante” que disparar o algún otro, además que no valía la pena experimentar pues, en sus propias palabras: “Ahorcar era lo que hacía, y era bastante bueno en eso”

Un asesino precavido:

 

Para empezar, Ridgway casi nunca les pagaba a las chicas antes de que se trepasen a su camión. Además, muchas veces les exigía a las prostitutas que, a modo de garantía, le mostrasen su vagina o sus pechos, cosa ésta que hacía porque estaba convencido de que las policías encubiertas[1] no iban a aceptar tal solicitud. Entonces, y solo cuando se aseguraba de que todo estaba bien, Gary continuaba con las siguientes etapas previas al asesinato.


Gary era un asesino precavido que no hablaba a nadie de sus crímenes, disponía a los cadáveres en grupos y dejaba señales para no volver a los mismos sitios y ser pillado, usaba guantes, eliminaba pistas (ropa, objetos de la víctima) reales y dejaba pistas falsas para confundir.
Una vez cometido el asesinato, Ridgway tomaba el cadáver de su víctima y, generalmente de noche, conducía en su camión hasta llegar a lugares apartados. Allí, rápidamente sacaba el cadáver y lo ponía fuera de la carretera, después se trepaba al camión y lo parqueaba lo suficientemente lejos como para que, si se aproximaba algún policía, el cadáver no fuera descubierto. Posteriormente miraba que nadie lo estuviese viendo y caminaba a través de los bosques que rodeaban la carretera (y no a través de la carretera) hasta donde previamente había dejado el cadáver. Una vez en ese punto, miraba nuevamente que nadie lo viera, tomaba el cadáver, se metía con el cadáver en el bosque y lo depositaba lejos de la carretera. Particular importancia tenía la disposición geográfica que los cadáveres debían guardar a fin de disminuir la probabilidad de caer en manos de la Policía; en relación a esto Gary dijo lo siguiente cuando estaba en el juicio: “Otra parte de mi plan fue el lugar donde coloqué los cuerpos. Les quité la ropa y objetos personales para no dejar evidencia de quiénes eran y así resultaría más difícil su identificación. Puse la mayor parte de los cuerpos en grupos, como si fueran  ‘racimos’.  Hice esto porque deseé no perder de vista a todas las mujeres que maté. Tuve el gusto de hacer un gran racimo alrededor del condado. Utilicé generalmente una señal para recordar a un ‘racimo’ (grupo de mujeres). Mi intención fue crear racimos nuevos para no volver a los anteriores y ser pillado.”

En cuanto al cadáver, Ridgway sabía que a veces podía ser solo un cadáver aparente y que la víctima podía estar todavía viva, por lo cual en muchos casos ataba las piernas de la víctima con ligaduras y vigilaba desde su espejo retrovisor por si se presentaba signo alguno de movimiento en el cuerpo de la víctima.

Si de algo se cuidaba mucho Gary era de dejar evidencias. “Bueno. En cierta forma yo me sentía un tanto orgulloso de no ser descubierto haciendo…cosas como remover las ropas. No dejar nada…ninguna huella digital, usar guantes…No presumir acerca de eso. No hablar de eso.”, dijo el asesino luego de su detención. Incluso era tal su prudencia que, cuando la víctima lo había rasguñado en medio del forcejeo, Gary le cortaba las uñas antes de ir a dejar su cuerpo al bosque, de modo que, si la Policía encontraba el cadáver, no pudiese hallar restos de su piel. Otras veces colocaba evidencias falsas como colas de cigarrillos o goma de mascar, siendo que él nunca fumó ni fue adepto a los chicles. El ejemplo perfecto de estas estrategias encaminadas a sembrar la confusión fue cuando Gary tomó la licencia de conducir de una víctima y la dejo en el Sea-Tac Airport para dar la idea de que la víctima se había ido de la localidad.

Gary el necrófilo:


Al comienzo Gary negaba ser necrófilo, aunque posteriormente fue admitiendo su tendencia de forma gradual. Primero confesó que solía eyacular inmediatamente después de acabar con la víctima mediante el estrangulamiento, luego admitió que muchas veces había regresado para tener sexo con el cadáver. Inclusive contó que, en unos pocos casos, los cadáveres con los que fornicó habían empezado a agusanarse…


Tener sexo con chicas muertas era genial para Gary porque representaba “sexo gratis”. Y es que, si bien recuperaba el dinero que pagaba a las prostitutas una vez que las mataba, cuando estaban muertas él podía usarlas cuantas veces quisiera sin que se le intente cobrar un solo dólar…
Tan fuerte era a veces su deseo necrófilo que, cierta vez, Gary estaba con su hijo en el camión cuando, aprovechando que su hijo dormía y que pasaban cerca de donde él había dejado un cuerpo recientemente, Gary estacionó el camión, se adentró en el bosque unos treinta pies y fornicó con el cadáver de la víctima. Tener sexo con chicas muertas era genial para Gary porque, según le confesó a un psiquiatra, representaba “sexo gratis”. Y es que, si bien Gary recuperaba el dinero que pagaba a las prostitutas una vez que las mataba, cuando estaban muertas él podía usarlas cuantas veces quisiera sin que se le intente cobrar un solo dólar…Era así más fácil volver y hacerlo con una muerta que tener que invertir energía, gas, tiempo y esfuerzo en una nueva víctima. No obstante las muertas, aparte del corto tiempo de utilidad que tenían debido a la descomposición, presentaban el inconveniente de no ser muy estimulantes, razón por la cual Gary, pese a su apetito sexual insaciable, a veces tenía tantos problemas de desempeño que, viendo que no podía lograr la erección, abandonaba el cadáver y se iba frustrado. Por último, indagando un poco en lo que ocasionaba esta tendencia necrófila de Gary tenemos que, según se supo, el padre de Gary trabajaba en una funeraria y, siendo Gary un niño, éste le había hablado a Gary sobre los actos sexuales que otro miembro del personal de la funeraria había efectuado con cadáveres. De ese modo y en una personalidad obsesiva como era la de Gary, la llegada temprana de aquel impactante dato empezó a cobrar fuerza en su mente hasta desembocar en fantasías que, apenas tuvo la oportunidad, Gary convirtió en hechos.

Gary, el exterminador de prostitutas.


Lo que sucedía con Gary estaba claro: el odiaba y despreciaba a las prostitutas y a las mujeres en general, por lo cual, junto al hecho de que matar prostitutas resultaba más fácil que matar cualquier otro tipo de mujeres, Gary se propuso exterminar cuantas pudiese sin ser descubierto. Veamos entonces, a través de las palabras del propio Gary Ridgway, estos y otros aspectos relativos a su naturaleza y su proyecto criminal:


Gary se había propuesto la misión de exterminar a todas las mujeres posibles que el considerase prostitutas, a las cuales consideraba “basura” y “por eso las cubría con basura”. Así mismo, Gary declaró cosas como: “elegí a las prostitutas porque creí que podría matar cuantas quisiera sin ser atrapado” u “odio a las prostitutas y no quería pagar por tener sexo con ellas”. Finalmente, Gary mostró un desprecio general a la mujer diciendo: “para mí las mujeres son algo para tener sexo, matar y tomar de vuelta el dinero”
Odio a las prostitutas, misoginia y cosificación de la mujer:

“A todas esas mujeres las maté porque quería y eso era odio, yo las odiaba”

“Odio a las prostitutas y no quería pagar por tener sexo con ellas”

“No era nada para mí. La cogía, la mataba y me deshacía de ella”.

“Ella es basura, por eso la cubría con basura”

“Para mí las mujeres son algo para tener sexo, matar y tomar de vuelta el dinero”

La elección de las víctimas, el plan y su realización:

“Elegí a las prostitutas porque creí que podría matar cuantas quisiera sin ser atrapado”

“Pocas de ellas se reportarían como desaparecidas”

“El plan era: quería asesinar a tantas mujeres que yo consideraba prostitutas como pudiera”,

“He asesinado tantas mujeres que me cuesta acordarme de todas ellas”.

El deseo de control y poder:

“La controlaba cuando la mataba y la controlaba hasta que la descubrieran. La controlaba mientras la tenía en mi posesión”

“Ustedes no las pueden controlar, yo sí pude controlarlas”

En el fondo: ¿por qué mataba?


Al igual que en muchos otros asesinos seriales, en Gary Ridgway vemos que el vínculo con los progenitores, y particularmente con la madre, adquiere una preponderancia especial en el nacimiento de su impulso asesino. Dicen por ello los autores del ensayo académico Metáfora paterna e incidencia del deseo materno en el acto mortífero del asesino serial que: ‹‹Lo ocurrido con el asesino serial es un goce inconsciente que este dirige a la destrucción  del padre cuando este lo sigue viendo como un rival o a hacia la madre cuando éste sabe que no puede acceder a ella de forma real, pero que lo puede hacer de manera simbólica solo que con la frustración puesta en la destrucción, y esto lo lleva a transferir ese deseo hacia otros objetos que le representan a la  madre como tal, es por eso que los asesinos seriales se repiten en el mismo patrón de conducta y de personas en cuanto al acto como tal, es decir, que estos con frecuencia matan mujeres que de una forma u otra le representan a la madre  o al vínculo con ella (…)›› Aclarado lo anterior, tenemos en primera instancia al Gary niño que sufre la presencia de una figura materna que:

Se presenta como dominante, temperamental y poco afectuosa, como una madre que lo humilla en público, que lo critica y castiga con constancia y que manifiesta tener una imagen pésima de su hijo. Esto habría de originar problemas de autoestima en Ridgway, un sentimiento de humillación y un acumulamiento de ira y rencor que finalmente se plasmarían en las fantasías homicidas que Ridgway aceptó tener en relación a su madre.
Le ocasionó trastornos sexuales en tanto que se vestía frecuentemente de forma demasiado provocativa e incluso, según algunos especialistas, es muy probable que lo haya “asaltado sexualmente” (tocándolo, sin llegar al incesto). Aquello, unido al fervor religioso que a su vez manifestaba la madre de Gary, habría de causar que por una parte Gary tenga fantasías sexuales con su madre (esto sí lo confesó) y que por otra tenga conflictos internos al ser, al menos durante cierto periodo de su vida, un fanático religioso y a la vez un asiduo cliente de la prostitución.
Expuesto lo anterior cabe señalar que, frecuentemente, Gary manifestó el enojo que tenía hacia su madre llamándola “puta”. Y es que, y en este punto es importante el rol paterno, el padre de Gary manifestaba un profundo desprecio por las prostitutas. Así, y en parte como forma simbólica de vengarse de las humillaciones que su madre le infligía y a su vez como válvula de escape a través de la cual plasmar en cierto grado el deseo sexual hacia su madre[2], “puta” se convierte en la expresión de la asociación que, en la mente de Gary, se dio entre la imagen de la prostituta y la imagen de su propia madre que se vestía como una de ellas…


Principalmente Gary mataba prostitutas porque, además de odiarlas debido a que le habían contagiado gonorrea, éstas le recordaban a su propia madre, por lo que al matarlas y tener sexo con ellas lograba realizar, de manera simbólica, tanto las fantasías homicidas que tenía hacia su madre como las fantasías sexuales que ésta había despertado en él de niño por vestirse de forma provocativa.
Después, el odio hacia las prostitutas ocasionado por la asociación de éstas con su madre, habría de verse grandemente incrementado cuando, en los inicios de su vida adulta, Gary contrajo gonorrea y verrugas genitales. Entonces y a partir de ese momento, las prostitutas ya no solo le despertarían antipatía por cobrarle sus servicios (él dijo que odiaba pagar por sexo) sino también por haberle (para él ellas tenían la culpa) hecho contraer gonorrea y verrugas genitales.

Por último, se ha planteado la teoría de que Gary tenía una misoginia fundamentalmente originada como plasmación de la rabia inherente a la frustración sexual que tenía guardada como consecuencia de no haber logrado un verdadero vínculo de intimidad sexual-emocional con la mujer antes de la llegada de Judith[3]. De ese modo y debido a que las prostitutas no solo que son mujeres sino que le manifiestan a Gary su impotencia para conseguir sexo fácilmente sin tener que pagar y por tanto representan en cierta forma la impotencia general de Gary frente a la mujer, éstas devienen en blancos ideales sobre los cuales el puede proyectar su misógino enojo.

Por todo lo anterior, Gary conseguía lo siguiente con sus crímenes:


Teniendo sexo con la prostituta antes del asesinato, Gary complacía simbólicamente las fantasías sexuales que tenía con su madre.
Matando a la prostituta, él mataba simbólicamente a la “puta” que para él era su madre y, además, se vengaba directamente de las prostitutas y simbólicamente de las mujeres en general.
Al tener sexo con los cadáveres, no solo satisfacía su deseo necrófilo sino que disminuía su sentimiento de impotencia y frustración, ya que no tenía que pagarle a la chica y lo podía hacer numerosas veces sin pagar, tal y como haría el hombre hábil con las mujeres que Gary nunca fue.
Mediante el sentimiento de control y poder que le ocasionaba matar, enterrar a las muertas y tratar sus cadáveres como objetos que le pertenecían, Gary lograba contrarrestar el sentimiento de humillación que le había causado su madre e invertir la situación la condición de controlado que tenía ante ésta de niño y que, hasta cierto punto, siguió teniendo de adulto (recuérdese que su madre era una suegra muy entrometida). Pero esto solo en primer término o principalmente, pues en segundo término se sentía poderoso ante la mujer en general y, en última instancia, se deleitaba con la sensación generalizada de poder que casi todo asesino siente cuando mata.
Gary Ridgway, ¿un actor nato?


Para algunos especialistas Gary era capaz de sentir la emoción que requiriese para quedar bien. No es que fingiera la emoción, sino que la sacaba en función de lo que necesitaba mostrar, por lo que para estos especialistas su remordimiento era falso.
Se ha dicho que Gary era tan implacable que, a pesar de que sus víctimas le rogaron piedad muchas veces, Gary no desistió en el propósito de liquidarlas. Sin embargo poco se conocen estas palabras del asesino: “Yo lloré, sí lo hice, y esa era la parte buena de mí. Yo lloré, pero aún así las maté y no me importaron en absoluto”. Se ve en tales palabras a un asesino que, aunque implacable, no era de hielo y tenía por lo menos un mínimo de empatía, tal y como reflejan confesiones suyas en las que cuenta que una vez vio de frente a una víctima de 16 años, jadeando con tal desesperación que, desde ese día, Gary empezó a ahorcar a sus víctimas por atrás porque “no quería imágenes como esas” en su memoria. “Ella me está mirando y…y…tratando de hacer que me detenga. “¡Por favor, por favor no!”. Pero yo todavía sigo estrangulándola. Yo no podía dejarla ir.”, dijo Gary recordando aquel día.

No obstante, en opinión del autor de The Riverman: Ted Bundy and I Hunt for the Green River Killer: ‹‹Él asesinó a sus víctimas deliberadamente, metódicamente, sistemáticamente. Él estaba libre de cualquier preocupación moral. En cinco meses de entrevistas con investigadores y psicólogos forenses, él no mostró empatía por sus víctimas ni expresó genuino remordimiento. Él mató porque quería. El mató porque podía.››. Semejante es la opinión de Mark Prothero en su libro Defending Gary: Unraveling the Mind of the Green River Killer, quien agrega a lo anterior la teoría de que Gary tenía una enorme capacidad para sentir cualquier emoción idónea para adaptarse a las exigencias del contexto en que estuviese: Pero luego recordé que la fortaleza de Gary ha sido siempre su adaptabilidad, su capacidad para ser lo que sea que la gente espere de él. A pesar de su pobre educación, a pesar de su inteligencia por debajo del promedio, Gary fue, creo yo, el más fino Actor del Método[4] que haya vivido. No era algo consciente tanto como era algo instintivo. Él podía llorar donde sea que quisiera y dejarlo de hacer abruptamente. Si tú querías remordimiento, él podía hacerlo. Si tú lo querías loco, triste, estúpido, inteligente, avergonzado, presuntuoso, pecaminoso o religioso, él podía hacer todo eso, y tú serías convencido. Yo he visto todos esos estados, en otros, durante todos los años desde la noche en que lo vi por primera vez, y especialmente durante nuestro tiempo en el bunker. Él era, como alguna vez observó el Dr. O `Toole, un camaleón, siempre armonizándose, siempre dándote lo que esperabas, siempre listo para complaces. Y ese era, de hecho, su rasgo más mortal.

Se ve así que, en la opinión de expertos, Gary era simplemente un actor nato; pero entonces, si solo actuaba: ¿por qué tenía miedo de mirar los ojos de sus víctimas? Parece lo más lógico el suponer que en general Gary era una especie de actor nato —que no fingía las emociones, sino que las creaba para adaptarse a la situación—, sin embargo y al tener en cuenta que no mentía (esto se sabe por ciertos métodos) cuando decía que evitaba mirar los ojos de sus víctimas al estrangularlas, surge la pregunta de hasta qué punto era Gary Ridgway un actor nato
El Asesino de Río Verde

A mediados de julio de 1982 fue encontrado, flotando en las aguas del Río Verde del condado de King en el estado de Washington, el primer cuerpo de todos los que vendrían. La víctima, Wendy Lee Coffield, era una adolescente de 16 años que había sido estrangulada con sus propias bragas y tirada al río como si de una funda de basura se tratase.

De momento no existían evidencias suficientes para seguir las investigaciones y el misterioso autor del delito fue apodado como el Asesino de Río Verde. Y es que, para aquel entonces, los miembros del Departamento de Policía del condado de King no imaginaban que Wendy Lee Coffield representaría apenas el inicio de una larga pesadilla cuyas víctimas caerían en su mayoría durante 1982 y 1984.

Casi todas las víctimas eran prostitutas y tenían entre 15 y 31años, la mayoría de ellas aparecían desnudas y a veces tenían las uñas cortadas. Muchos cadáveres tenían signos de abuso sexual y frecuentemente había chicles, mapas de carreteras, restos de comida o colillas de cigarrillos en la escena del crimen.

Fue ante este escenario que la Fuerza de Tareas de Río Verde se formó para investigar los asesinatos y así fue creciendo la lista de posibles sospechosos. No era un caso fácil para la década de los 80, década en que las computadoras sofisticadas y el sistema de rastreo de ADN aún no existían, por lo que había que juntar y asociar pistas a la vieja usanza.
El asesino serial Ted Bundy se ofrece para ayudar


En octubre de 1983 Ted Bundy (arriba), estando condenado a muerte, se ofreció a ayudar en las investigaciones.
En octubre de 1983 Ted Bundy, que estaba en el corredor de la muerte (sección de la prisión para los condenados a muerte), se ofreció a colaborar con las investigaciones debido a que, igual que el Asesino de Río Verde, él había sido un asesino en serie de mujeres y podía ayudar a los detectives a indagar en la mente del Asesino de Río Verde y a predecir sus movimientos y descifrar posibles estrategias.

Entre otras cosas, Ted dijo que el asesino probablemente conocía a algunas de sus víctimas y que probablemente más víctimas debían de haber sido enterradas en las áreas o cerca de las áreas donde se habían encontrado los cadáveres. Bundy también dio mucha importancia a las diferentes áreas de los cadáveres encontrados; pues, para él, el conjunto de las áreas sugería que cada grupo o lugar se había establecido cerca de la casa del asesino.

Los detectives encontraron la información suministrada por Ted Bundy como interesante, pero sin importancia práctica relevante para dar con el asesino.
Descartando sospechosos

En 1987, la dirección del grupo de trabajo cambió de manos, al igual que la forma en que la investigación se llevaba a cabo. En lugar de seguir intentando probar quién podía ser el asesino, se tomó la lista de sospechosos y se llevó a cabo un proceso a través del cual se eliminaron de la lista aquellos sospechosos que no debían de ser el asesino, poniendo así a los sospechosos que quedaron dentro de lo que se denominó la Lista A.

Gary Ridgway, que finalmente pasaría a la Lista A, había caído en la lista de sospechosos a causa de dos encuentros que tuvo con la Policía en la década de 1980.

El primero fue en el año 1980 cuando se lo acusó de estrangular a una prostituta mientras tenía relaciones sexuales con ella en su auto cerca del aeropuerto de Sea-Tac. Al ser interrogado, Ridgway admitió estrangularla, pero dijo que era en defensa propia porque la prostituta lo había mordido cuando estaba haciéndole sexo oral. El asunto fue entonces dejado de lado por la Policía.

El segundo encuentro fue en 1982, cuando Ridgway fue interrogado después de haber sido atrapado en su camión con una prostituta (la prostitución era ilegal). Tiempo después, la Policía se enteró de que la prostituta ya no existía porque era Keli McGinness, una de las víctimas del Asesino de Rio Verde.
La prueba del polígrafo



En 1983 interrogaron nuevamente a Ridgway cuando el novio de una prostituta desaparecida reportó que, el último vehículo en que vio a su novia el día en que ésta desapareció, era un vehículo que tenía las mismas características que el de Ridgway

Apenas un año después, Ridgway fue arrestado por haber sido sorprendido solicitando servicios sexuales, puesto que la supuesta prostituta en realidad era una mujer policía encubierta que, a diferencia de otras, parece que sí aceptó mostrarle los pechos y la vagina a Ridgway, ya que éste pedía que le muestren eso porque pensaba que una agente encubierta no se atrevería a hacerlo. Ya en la comisaría, Ridgway fue sometido a la prueba del bolígrafo (y la pasó), en la cual se ve si el sospechoso miente o no a través del pulso y otros aspectos de su caligrafía. Debido a este incidente y a que le iba bien en su relación con Judith Mawson, Ridgway fue disminuyendo su ritmo asesino y cada vez se reportaron menos denuncias de mujeres desaparecidas.

Ridgway y la Lista A


Cuando Ridgway pasó a la Lista A se lo puso bajo vigilancia policial. Los investigadores examinaron su historial de trabajo y determinaron que nunca estuvo en el trabajo durante los días en que muchas de las víctimas habían sido reportadas como desaparecidas. Sumado a eso algunas prostitutas habían reportado que cierto hombre cruzaba a menudo el camino que Ridgway usaba para ir y volver del trabajo: esto, debido a que la descripción que dieron del hombre concordaba con el aspecto de Ridgway, aumentó fuertemente la sospecha de que él podría ser el Asesino de Río Verde.


El 8 de abril de 1987 la Policía registró la casa de Ridgway, la cual estaba llena de objetos que él y su esposa habían recogido de un basurero de buceo que estaba cerca de donde fueron encontradas algunas de las víctimas. En primera instancia el hecho parecía sospechoso, pero algunos testigos dijeron que recolectar ese tipo de objetos era una actividad que la pareja compartía desde hace mucho tiempo. En todo caso sometieron a Ridgway a una prueba de polígrafo que pasó y, tras eso y con el consentimiento de Ridgway, le tomaron muestras de pelo y un hisopo con su saliva, tras lo cual lo soltaron por falta de evidencias en su contra.


algunos de los rostros de la mujeres asesinadas,.mato 48 mujeres. 




EL MONSTRUO DE AMSTETTEN. JOSEF FRITZL.


EL MONSTRUO DE AMSTETTEN. JOSEF FRITZL.


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Elisabeth Fritzl, 24 años encerrada y violada por su padre
Las violaciones y abusos comenzaron cuando Elisabeth, la tercera de siete hermanos, tenía sólo 11 años. Un año después, su violador, que no era otro que su propio padre, comenzó a construir en el sótano de su vivienda en Amstetten (Austria) el zulo en el que la tendría encerrada durante 24 años, y en el que engendraría con ella siete hijos.

A los 18 años el padre, ante la más que probable huida de Elisabeth de la vivienda familiar, decide que ha llegado la hora de llevar a cabo su plan, y una noche, medio drogada, la baja al sótano. Allí, durante casi el primer año, la mantiene atada con una cuerda y la viola de manera brutal, en ocasiones hasta varias veces al día.

Josef le hizo escribir una carta, que hizo llegar a la casa de arriba, en la que dice que se ha ido de casa y que está bien, que no la busquen.

A los cinco años, Elisabeth queda embarazada de su padre. Y comienzan los nacimientos: Kerstin (24), Stefan (23), Lisa (21), Monika (19), Alexander (17), Michael (mellizo de Alexander, fallecido a las 66 horas de nacer) y Félix (10). Entre paréntesis aparece la edad que tienen en la actualidad.

La joven sufrió los abusos de su padre durante todos estos años, dio a luz sola, y tuvo que sacar adelante a sus hijos en condiciones inimaginables. Pero lo hizo: a los tres que permanecieron en el zulo hasta el final les enseñó a leer, a escribir, les educó y les habló de Dios.

Lisa, Monika y Alexander se criaron en la casa de arriba, con su abuela Rosemarie y su padre-abuelo. Llegaban allí, con una nota de Elisabeth en la que aseguraba que no podía hacerse cargo de ellos. La realidad era que los subían por su insistencia, por enfermedades o por cualquier otra razón.




Josef Fritzl, el monstruo de Amstetten, actuó por un enorme deseo de poder
En sus declaraciones ante la Policía aseguró que el motivo por el que encerró a su hija en el sótano de su casa, un zulo que él mismo había ideado y construido durante los seis años previos, fue que quería alejarla de las drogas.

Pero lo cierto es que Fritzl había comenzado a abusar de ella cuando sólo tenía 11 años. Un año después de que se descubriera el horror, Fritzl fue condenado a cadena perpetua a cumplir en un centro de internamiento psiquiátrico.

Un hombre incestuoso, vanidoso, admirado por las mujeres, déspota, severo, cerrado... Miles han sido los adjetivos que han definido a Josef desde que fue detenido. "Deseaba tener hijos con Elisabeth. El incesto se convirtió en una adicción", llegó a decir Josef a los que estudiaron su caso sin ningún tipo de remordimiento.

Y es que el monstruo de Amstetten nunca se mostró arrepentido de lo que hizo. Admitió la violación, el incesto, el secuestro, la esclavitud... Lo admitió todo, sin arrepentirse de nada.

Los psicólogos dijeron que Fritzl sentía la imperiosa necesidad de poseer por completo a alguien, fruto quizás de una mente perversa forjada ya en sus años de niñez, con una madre muy dominante. "Yo crecí en la época nazi, cuando el rigor y la disciplina eran muy importantes", llegó a decir.

Y eligió a Elisabeth como su objeto de deseo, no solo sexual sino fundamentalmente de poder, ejercido a través de un control total que incluía el sexo, porque la joven era la más rebelde, porque él decía que era "cabezota" y necesitaba reconducirla.

Desde la cárcel, Josef Fritzl, que no quiere hablar de Elisabeth y sigue considerando que no hizo nada malo, asegura que continúa amando a su mujer, Rosemarie.


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Así era el zulo en el que Elisabeth Fritzl fue violada 3.000 veces
Los cálculos que la propia Elisabeth hizo al salir del zulo de cuántas veces habría podido haber sido violada por su padre llevan a una estimación de 3.000 en los 24 años que pasó encerrada en este zulo.

La mazmorra llegó a medir 55 metros cuadrados, aunque los primeros años vivió en una estancia de  20 metros cuadrados, y los primeros meses, atada con unan cuerda que le daba justo para ir al baño.

Con los años, Fritzl fue acondicionando la mazmorra para la vida de su segunda familia. Añadió una habitación, llevó una lavadora, nevera, radio y televisión… Les bajaba comida, plantas, ropa de cama…

Al zulo se accedía a través de una puerta de hormigón que  se abría mediante un mando a distancia, con un sofisticado sistema electrónico que el mismo Fritzl había ideado. Después había un habitáculo, donde situó la lavadora pocos años antes de descubrirse el horror, que había insonorizado para amortiguar los ruidos.

A través de un pasillo de 60 cm de ancho y cinco metros de largo se accedía a la habitación ampliada, en la que dormían los hijos. Un dormitorio de 9 metros cuadrados que, mediante otro pasillo, daba acceso a la sala-comedor-cocina-baño.


Y por un pasillo se llegaba al cuarto de Elisabeth, donde Fritzl la violaba y donde puso una tele. El zulo estaba poco iluminado, aunque Elisabeth le pidió a su padre que pusiera luces ultravioletas y les bajara vitamina D para paliar los efectos de la carencia de luz solar.

ORGANIZACIÓN CRIMINAL LOS ZETAS


ORGANIZACIÓN CRIMINAL LOS ZETAS


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Los Zetas o el Cártel de los Zetas, es una organización mexicana de narcotráfico y terrorismo, con estructura paramilitar, que organiza a las mafias locales, estatales, dentro de una franquicia de la delincuencia organizada transnacional, muy compleja, cuyas principales actividades delictuales son: el tráfico ilícito de drogas, nacional e internacional, la extorsión, el secuestro, los homicidios, el tráfico ilegal de personas, el hurto de combustible, robo a bancos y camiones blindados, el lavado de dinero, los delitos informáticos y las operaciones clandestinas (Black ops). Se formó a partir de un grupo de militares de élite que desertaron del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (GAFE), del Grupo Anfibio de Fuerzas Especiales (GANFE) y de la Brigada de Fusileros Paracaidistas (BFP) del Ejército Mexicano.

La organización fue fundada en 1999, teniendo como motivo el levantamiento zapatista de Chiapas, así como ser el brazo armado del Cártel del Golfo. Debido a las ambiciones de Los Zetas y a la traición del Cártel del Golfo, éstos dejaron de ser su brazo armado para formar un nuevo cártel, con apoyo de  los Beltrán Leyva y otros cárteles de la droga. Al inicio fueron siete y luego reclutaron otros siete, para ser un total de catorce, los integrantes de este grupo delictivo al mando de Osiel Cárdenas Guillén, después aumentaron quedando a cargo de Saúl Rivas Hernández, alias "The King"

De acuerdo con la Procuraduría General de la República (PGR) mexicana, al menos 40 ex integrantes del GAFE han formado parte del grupo Los Zetas.1 Pero en 2004 desertaron 1,382 militares de élite, de los que la mayoría se incorporaron al narcotráfico. Además, a esta organización se ha integrado un número indeterminado de antiguos soldados de fuerzas especiales de Guatemala, es decir: Kaibil, con cargos de genocidio en ese país.

A principios de marzo de 2010 se confirmó la separación de Los Zetas y el Cártel del Golfo. Las últimas investigaciones han arrojado que esta organización delictiva ha comenzado a reclutar civiles jóvenes, menores de edad y migrantes ilegales (estos al negarse a trabajar para ellos, son esclavizados, secuestrados, para el caso tienen que pagar su propio rescate, trabajando como sicarios, para obtener su libertad.) que intentan cruzar la frontera México - Estados Unidos. Actualmente tiene una alianza con el Cártel de Juárez y se sabe que entre sus colaboradores figuran políticos, policías, periodistas y taxistas.2

Su área de influencia original es Tamaulipas, pero tiempo después extendieron su actividad a Nuevo León y Coahuila. También se ha reportado movimiento de esta organización en estados como Nayarit, Sonora, Sinaloa (Los Mochis), Puebla, Hidalgo, Zacatecas, Aguascalientes, San Luis Potosí, Durango, Tabasco, Campeche, Chiapas, Guanajuato, Querétaro (San Juan del Río), Veracruz, Oaxaca Tlaxcala y Baja California Sur. Además tiene presencia operacional en: Guatemala, Honduras, Colombia, Bolivia, Venezuela, Italia, Australia, Argentina y Sudáfrica.

A diferencia de otros cárteles de la droga en México, Los Zetas no ejercen control sobre ningún puerto mexicano para el tráfico ilícito de drogas, por lo que han tenido que reforzar sus finanzas con prácticas como el secuestro y la extorsión en contra de la población civil, lo que ha convertido al grupo criminal en el más repudiado y perseguido por las autoridades y organizaciones delictivas rivales.


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ORIGEN DEL NOMBRE

El nombre Los Zetas fue acuñado desde la época de Arturo Guzmán Decena, uno de los fundadores de la organización, quien laboraba para el ejército mexicano y posteriormente comisionado en la Policía Judicial Federal (PJF) mexicana y cuyo nombre en clave para comunicaciones radiales era Z1,3 código dado a oficiales de alto rango. Como el código radial para comandantes de la PJF., y eran estos conocidos informalmente como yanquis, así los oficiales de dicha dependencia a cargo de una ciudad tenían el código Z y eran identificados, por ende, como zetas. también se dice que por el color del uniforme de los oficiales se llaman zetas, por ejemplo el azul pavo se llama zeta cinco, Lazcano y Decena siempre quisieron utilizarlos pero están reservados para oficiales de alto rango del Ejército Mexicano, por eso tomó el nombre de allá, para vestirse siempre de zeta. En las fotos que circularon de "se busca" aparece portando un traje sastre y camisa similares a los uniformes "zetas", además en relación a lo antes mencionado, el grupo zeta se deriva de varias organizaciones de alto desempeño militar o llamados grupos alfas, lo que hace a Los Zetas lo contrario o final en razón del abecedario, el zeta es el contra del alfa.

HISTORIA

Los primeros integrantes de Los Zetas, en su tiempo de militares se capacitaron en la Escuela de las Américas que al momento de su entrenamiento, había sido trasladada a Fort Bragg, en el estado de Carolina del Norte, desde su sede original en Panamá y cuyo objeto aparente era entrenar a los mejores oficiales de varios países latinoamericanos para contrarrestar y combatir movimientos de izquierda.Pero pasado un tiempo un número creciente de ellos, pasó de combatir el narcotráfico, a formar parte de una red propia de narcotráfico que competía con otras organizaciones existentes.

El origen del grupo delincuente, remonta a Arturo Guzmán Decena, que se dio de alta en el ejército el 12 de mayo de 1992 y desertó el 27 de septiembre de 1997, habiendo sido soldado de infantería por casi cinco años, experto en combate, entrenado por militares israelíes. A su baja del ejército debido a las malas condiciones laborales y los bajos salarios dentro del ejército, se lleva con él a algunos integrantes del 70.º batallón de Infantería, del 15.º regimiento de caballería motorizada y de los fusileros paracaidistas.

En 1999 empieza a trabajar para Osiel Cárdenas Guillén reclutando a ex militares para crear el brazo armado del Cártel del Golfo; eventualmente empieza a reclutar a integrantes en servicio activo del batallón 15.º de infantería en Tampico, perteneciente a la 8.ª Zona Militar, situada en Reynosa, Tamaulipas, los cuales desertaron del ejército y se integraron a Los Zetas. Se dice que de este batallón salieron al menos siete elementos del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (GAFE).[cita requerida] Arturo Guzmán Decena murió durante un enfrentamiento en noviembre de 2002 en Matamoros (México).

Según fuentes mexicanas y del gobierno de los Estados Unidos, Los Zetas, se han convertido en un problema para el Cártel del Golfo, pues a la caída de Osiel Cárdenas Guillén, quien fue arrestado y extraditado a los Estados Unidos, Los Zetas adquirieron su independencia. Según información publicada en 2008, el grupo de Los Zetas dejó de ser el brazo armado del Cártel del Golfo para pactar con los hermanos Beltrán Leyva y traicionar al cártel de Sinaloa, comandado por Ismael Zambada García (El Mayo) y Joaquín Guzmán Loera (El Chapo); últimamente estos formaron una alianza con Teodoro García Simental (El Teo; capturado en enero de 2010 por la Policía Federal)4 para controlar la plaza de Tijuana.

En octubre de 2008, el diario Washington Times informó una advertencia del FBI acerca de que Los Zetas se estaban preparando para enfrentar de manera violenta a las fuerzas policíacas estadounidenses que operan en el estado de Texas.8 El boletín informa que el líder de la célula de Los Zetas en Texas, es Jaime González Durán, alias 'El Hummer', uno de los miembros fundadores de Los Zetas, junto a dos de sus asistentes también fundadores; Héctor Monroy Villalobos ("El Ranger") y Juan Carlos Lugo ("Carlitos") mismos que planeaban las operaciones para transportar las drogas ilícitas a Texas. Jaime González Durán alias "El Hummer" fue capturado el 8 de noviembre de 2008 en la ciudad de Reynosa Tamaulipas.9 Durante esta operación, el ejército también aseguró un histórico arsenal. Al incautar en una casa de seguridad de Los Zetas más de 400 armas de fuego, 500,000 cartuchos y 287 granadas.10 11

A principios del mes de marzo de 2010, Los Zetas se desligaron del Cártel del Golfo.

CONFLICTO CON EL CÁRTEL DEL GOLFO

En febrero de 2010 se provoca una guerra entre el Cártel del Golfo y Los Zetas, principalmente en el estado de Tamaulipas, dando como resultado que numerosas ciudades fronterizas se convirtieran en "pueblos fantasma", tal es el caso de la franja fronteriza conocida como "La Frontera Chica" conformada por las ciudades de Miguel Alemán, Mier, Camargo y Nueva Ciudad Guerrero.

La violencia se registra desde Ciudad Mante hasta Monterrey, donde se han registrado numerosos enfrentamientos, topetones entre ejército y sicarios, secuestros, homicidios, extorsiones, narco retenes y narco bloqueos de carreteras y avenidas principales en ciudades como Reynosa, Matamoros, Monterrey, Santa Catarina, San Nicolás, Guadalupe, así mismo han dejado desoladas las ciudades fronterizas, antes mencionadas con tal violencia e inseguridad deteniendo casi por completo su actividad económica y social.

El conflicto favoreció al principio al Cártel del Golfo, dando como resultado un repliegue de Los Zetas, pero después se da un contraataque de éstos, en el que algunas plazas fueran recuperadas por Los Zetas, tal fue el caso de Ciudad Mante, que fue retenida por al menos 3 semanas del mes de marzo de 2010 por el Cártel del Golfo quienes realizaron homicidios, balaceras y topetones con el ejército, viniendo después un ataque de Los Zetas recuperando estos el control de esta ciudad.

Los enfrentamientos entre Zetas y miembros del Cártel del Golfo se han dado en gran parte de la frontera noreste de México, en el que han llegado a participar convoyes de hasta 100 camionetas de ambos bandos. El Cártel del Golfo suele identificar a sus miembros mediante las siglas "XX" "CDG", mientras que los Zetas utilizan la sigla "Z".

En noviembre de 2010 el ejército mexicano, junto con la Policía Federal y la Marina, ponen en marcha un operativo en torno al norte del estado de Tamaulipas, permitiendo que cientos de familias regresaran a sus hogares después de meses de exilio en otros estados, principalmente en municipios como Mier, en donde se da el regreso de alrededor de 4000 personas.

En octubre de 2011, el grupo de Los Zetas se refugia principalmente en el estado de (Coahuila), desde donde los jefes de este cártel, pretenden reorganizar sus fuerzas.[cita requerida]

En noviembre de 2011, Los Zetas refuerza su plaza en San Luis Potosí, en el municipio de Soledad de Graciano Sánchez, siendo el ancla para reclutar personal usando a la Policía Estatal, Municipal, y Ministerial.

Durante 2011 y 2012, Los Zetas sufren varias fracturas dentro de su estructura, esto debido a la muerte de Heriberto Lazcano Lazcano "Lazca", y posteriormente la detención de Miguel Treviño Morales, alias el Z-40. Varias células de Los Zetas se han pasado al bando del Cártel del Golfo.

A octubre de 2013, los líderes de Los Zetas han intentado recuperar los territorios perdidos frente al Cártel del Golfo, por lo cual han enviado refuerzos a todo el noreste, por lo cual la región conocida como "La Frontera Chica", fuertemente controlada por el Cártel del Golfo, ha vuelto a ser escenario de peleas entre los dos cárteles.

En el año 2014 varias células de Los Zetas realizaron una nueva alianza con el Cártel del Golfo, prometiendo esta vez volver a "la vieja escuela" del narcotráfico y respetar a la población civil.


Actualmente el cártel sufre constantes fracturas internas, una de las principales causas fue la integración de pequeñas pandillas, que se dejó de lado el requisito de tener entrenamiento militar para ser parte de la organización.